viernes, 11 de marzo de 2011

ENSAYO

¿DE QUE MANERA LA ORGANIZACIÓN DE UNA CdP PUEDE AYUDAR A POTENCIALIZAR LAS PRÁCTICAS PEDAGOGICAS EN UN AMBIENTE EDUCATIVO RURAL?


La educación en las zonas rurales se ha concentrado en la aplicabilidad del modelo pedagógico escuela nueva. La preparación de metodologías y escenarios se configuran alrededor del desarrollo de actividades donde el niño aprenda en su contexto inmediato y de acuerdo a sus intereses, interactuando constantemente con niños de diferente edad y grados pertenecientes al campo,
teniendo mucha relación con la sociedad de aprendizaje que propone Guillermo Orozco, la cual se enfoca al aprendizaje por descubrimiento en miras a la construcción.


Por su parte la labor docente en el área rural está sujeta a labores administrativas y pedagógicas. El funcionamiento de la escuela depende directamente del docente, quien es responsable de diseñar las actividades correspondientes a su práctica y por otro lado, gestionar recursos para mantener la escuela en buen estado.

Al tener estas responsabilidades el docente se concentra principalmente en su función de manera independiente. La relación entre docentes del área rural es esporádica dada la distancia entre una y otra vereda, a pesar que los docentes trabajan en igualdad de condiciones y bajo el modelo escuela nueva no hay mayor grado de interacción entre ellos.

Tras las anteriores consideraciones se genera un planteamiento inicial; ¿Qué tan importante es la interacción en las practicas docentes? Durante la labor de formación se hace necesario tener claridad sobre las metodologías, los contenidos, las competencias, la evaluación, pero hasta que punto un docente del área rural se pregunta la importancia de la interacción en la práctica.

Si se toman los preceptos del aprendizaje social se evidencia la importancia de estar con otros para construir conocimiento. Lo anterior sugiere que a nivel de la docencia es necesario generar espacios de integración que promuevan vínculos entre sus participantes, estimulando la creación de propuestas y proyectos de una manera grupal y no individual como se concibe en las practicas del los docentes rurales.

La interacción docente se manifestaría entonces como una necesidad evidente en la zona rural. Una acción que intentaría dar respuesta a este precedente seria con la conformación de una comunidad donde los docentes se sintieran acompañados, identificados y retroalimentados durante su labor.

En este orden de ideas la organización de una comunidad brindaría espacios de interacción donde la distancia no sea un problema para interactuar. Entre las condiciones para la conformación de una comunidad se concibe el tiempo y el espacio como un componente dinámico donde los participantes están interactuando de manera asincrónica o sincrónica sin perder de vista las participaciones de los demás compañeros; permitiría la sinergia que no es evidente en las prácticas rurales. Bajo las concepciones de Garber una comunidad se concibe como:

“Personas que se han reunido físicamente o por otros medios, debido a que tienen algo en común, lo cual los mantiene juntos. Una comunidad es más que un propósito compartido. Propósito, identidad y metas conjuntas en relación a la pragmática social.”

En este sentido la configuración de una CdP además de recrear un escenario de encuentro favorece a la validación de la propia práctica. En el entorno de las CdP se evidencia una relación entre el interés, objetivos y práctica que direcciona el grupo, con el fin de fortalecer su identidad con los miembros del mismo; respecto a este punto es posible referenciar la cognición situada de la que habla Jay Cross, pues es la manera óptima de lograr un aprendizaje en una comunidad de manera contextualizada y relevante de significado para el grupo; teniendo en cuenta algunas pautas de participación:

• Aprendizaje centrado en la solución de problemas auténticos.
• Análisis de casos.
• Método de proyectos.
• Trabajo en equipos cooperativos.
• Ejercicios, demostraciones y simulaciones situadas.
• Tipos de conocimiento para preparar a los alumnos: conocimiento social, conocimiento propio (actitudes) y habilidades cada vez más complejas.

Por consiguiente, implica un enfoque desarrollista, de currículo en espiral.
Bajo esta mirada los beneficios de la conformación de una CdP en el ámbito rural están orientados al fortalecimiento de la reflexión educativa. El acercamiento a las experiencias y percepciones de otros docentes bajo el mismo modelo, enriquece la formación y practicas con los niños de la escuela, además de fortalecer los lazos de identidad y pertenencia dirigidos hacia el mejoramiento de la labor docente.

Sin embargo, no solo es posible la conformación de la CdP a partir de una serie de objetivos y metas comunes, como lo afirma Rovai son necesarias al menos cuatro condiciones para que la comunidad pueda tener un buen ciclo de vida; espíritu de comunidad, confianza mutua, interacción y expectativas comunes por aprender; teniendo en cuenta la integración y el trabajo dentro de lo que se denomina aprendizaje situado, este último representa el propósito común de los miembros de la comunidad.
La dinámica que se genera a partir de la CdP propicia una mirada a nivel colectivo de la educación rural. La certeza de saber que el docente no se encuentra alejado sino que tiene un acompañamiento independiente del tiempo y el espacio, genera una motivación a propósito de su autoformación, pues le permite desarrollar proyectos y propuestas que no solo van a fortalecer su propia escuela sino también las de otros docentes que quizás tengan las mismas expectativas e impulso para hacer que su practica sea distinta e innovadora y como diría Wenger, repensar el papel de su propia disciplina en torno a su práctica.

La complicidad que se genera a partir de la pertenencia a un grupo fortalece el nivel de autoconocimiento, pues existen más referentes para evaluar la propia práctica. Según Poole la CdP desarrolla una serie de elementos que dinamizan las interacciones; “las experiencias compartidas, responsabilidad compartida, identidad compartida, tiempo social, rituales de entrada y de salida, relaciones significativas y participación”; donde el propósito es desarrollar acciones a la generación de identidad, compromiso y pertenencia respecto a un grupo con el que el docente se sienta identificado a partir de la similitud de sus experiencias y preocupaciones.
Bajo las anteriores consideraciones y preceptos que se demarcan en la educación rural; quizás es posible anticiparse al impacto que puede tener la CdP a nivel individual y colectivo. En primer lugar, la participación en un grupo con intereses y expectativas similares, genera en el individuo herramientas para asumir su práctica de otra manera a propósito de las estrategias, proyectos o recursos que otros docentes hayan aplicado, además de su formación a nivel cognitivo y emocional; por otro lado, la apropiación de un sentido de pertenencia hace que el docente sienta compromiso al estar interactuado con aquel que lo necesite o viceversa, pues en relación al tema central es que giran los roles de los participantes de la comunidad, siento esto último factor clave para que los miembros se consoliden de una forma igualitaria en las funciones del grupo.

Esta iniciativa configuraría una de las posibles vías de acción frente a la construcción de canales de comunicación viables que se presentan en la educación rural. En la medida que un docente interiorice sus prácticas pedagógicas y genere mecanismos para fortalecerlas cada día; será pertinente la participación de otros actores que convaliden las practicas o las revalúe, y esta construcción solo será posible si los docentes tienen la posibilidad de compartir un escenario de discusión para reflexionar y potencializar las acciones pedagógicas en el ámbito de la educación rural.

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